Diabetes y el Pie Diabético

lunes, 2 de febrero de 2009

Cuidados para evitar los pies diabéticos



1. Procure que el control de su glucosa sea lo mejor
posible.


2. Vigile todos los días sus pies. Si tiene problemas
visuales, solicite la ayuda de un familiar.
Inspeccione la presencia de rozaduras, llagas,
cortes, ampollas, durezas, áreas enrojecidas o
hinchadas.

3. Lave diariamente sus pies con agua templada y
jabón suave y neutro. El baño no debe durar más
de 10 minutos. Séquese bien.

4. No utilice agentes irritantes como callicidas,
cuchillas, alcohol, yodo, agua salada. Si se utiliza
esparadrapo, debe ser hipoalérgico.

5. Evite que los pies estén demasiado húmedos o
demasiado secos. Mantenga la piel suave e
hidratada (puede utilizar una crema hidratante).

6. Lime sus uñas (no las corte) semanalmente o más
a menudo si es necesario, en línea recta, con lima
de cartón.

7. Protéjase del calor y el frío: no camine descalzo
por la playa o superficies calientes, póngase
calcetines por la noche si se le enfrían los pies, no
se ponga mantas eléctricas, bolsas de agua
caliente, hielo.

8. Utilice calzado adecuado tanto dentro como fuera
de casa. Utilice gradualmente los zapatos nuevos.
Los calcetines no deben oprimirle, no utilice
tejidos sintéticos.

9. Camine diariamente (siempre calzado), eleve
piernas y tobillos arriba y abajo 5 minutos 2 ó 3
veces al día, no fume. Practique deporte si no hay
contraindicación.

10. Consulte a su podólogo y/o a su médico si
aprecia cualquier lesión.

¿Qué entendemos por pie diabético?


La epidemiología del pie diabético es aun desconocida ya que engloba distintas condiciones patológicas y en los distintos trabajos publicados no existe una clasificación y descripción uniformes. En el consenso publicado por la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular se define el pie diabético como una "alteración clínica de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie". Desde un punto de vista práctico, nos ha resultado de utilidad etiquetar como pie diabético, todas aquellas lesiones que los diabéticos presentan en las extremidades inferiores y algunas de ellas no siempre entran en esta definición. Este enfoque, aunque pueda parecer que sobreestima las lesiones, es útil para el médico general, ya que una herida aparentemente sin importancia puede comportarse de una forma muy virulenta en el diabético. Hemos tenido casos en que no hemos podido demostrar componente neuropático ni isquémico predominando el componente infeccioso. En otros casos, la gangrena de un dedo se presenta sin desencadenante traumático. Preferimos clasificar nuestros pacientes según el componente predominante que produce la lesión: neuropatía, enfermedad vascular periférica e infección, sabiendo de antemano que en la mayoría de los casos existiría una participación de más de uno de ellos.

lunes, 26 de enero de 2009

Vías de administración de insulinas

La vía usual de administración de insulinas es la subcutánea. Excepcionalmente (coma diabético) se recurre a la vía IV.El método más corriente de administración es mediante jeringuillas especiales graduadas en unidades de insulina. Han alcanzado aceptación los aparatos inyectores en forma de pluma estilográfica, que facilitan los regímenes de varias inyecciones al día.


Existen también jeringas precargadas capaces de dosificar con precisión en incrementos de 2 UI y útiles para varias aplicaciones (cambiando la aguja).


Las bombas de infusión que administran de forma continúa una dosis basal de insulina vía SC, suplementada por dosis extra antes de las comidas. Están menos difundidas: son útiles sobre todo para pacientes muy motivados. Se les adscribe con un cierto aumento de frecuencia de episodios de cetoacidosis, tal vez relacionados con fallos de funcionamiento.


Las insulinas españolas para administración por jeringuilla están estandarizadas a la dosis de 40 UI/ml en viales de 10 ml. Los cartuchos para inyectores y bombas de infusión tienen una concentración de 100 UI/ml y el volumen está ajustado a las características técnicas del aparato.



¿Qué tipos de insulina existen?


Las insulinas pueden ser de procedencia animal (porcina o bovina) y de procedencia humana (humana semisintética y humana recombinante). Actualmente las más usadas son las de origen humano ya que además de ser absorbidas más rápidamente, causan menos reacciones alérgicas.


Existen diversos preparados de insulina los cuales varían de acuerdo con el inicio de acción, periodo necesario para el efecto máximo y duración de la acción. De esta manera estos productos se clasifican en tres grupos:
1) insulina de corta y rápida acción, 2) insulina de acción intermedia y 3) insulina de acción prolongada.


Para propósitos terapéuticos, las dosis y concentraciones de insulina son expresadas en unidades (U). Casi todas las preparaciones comercializadas en soluciones se encuentran a una concentración de 100 U/ml, lo que es alrededor de 3,6 mg de insulina por mililitro (0,6 mM). Los viales de insulina tienen un volumen de 10 ml.


1. Insulinas de acción rápida: pertenecen a la insulina regular (también llamada normal o soluble) y la Lispro. Habitualmente se inyectan por vía subcutánea, pero son las únicas que se pueden inyectar, cuando es necesario, por vía endovenosa, logrando un efecto prácticamente inmediato y también pueden aplicarse vía intramuscular.


La insulina regular es insulina natural, su efecto sólo dura 6 - 8 horas y su aspecto es claro y transparente. La insulina Lispro también es transparente y se diferencia de la regular en que su comienzo de acción es más rápido y su efecto dura algo menos

2. Insulinas de acción intermedia: modificadas artificialmente con la finalidad de prolongar su absorción y, por lo tanto, su tiempo de acción. Son de aspecto lechoso y se administran únicamente por vía subcutánea, nunca por vía IV. Las dos preparaciones usadas con mayor frecuencia son la insulina isofano o NPH (Neutra-Protamina- Hagedorn) y la insulina lenta o insulina en suspensión de zinc. La NPH es una suspensión de insulina en un complejo de Zinc y protamina en un buffer fosfato. La insulina lenta es una mezcla de insulina cristalizada (ultralenta) y amorfa (semilenta) en un buffer de acetato.


3. Insulinas de acción prolongada: dentro de este grupo se encuentra la insulina ultralenta (suspensión insulina zinc extendida), la cual tiene un comienzo y pico de acción muy lento. Se emplean muy poco.
Recientemente se introdujo la insulina Glargina, análogo de larga acción cuya estructura induce su precipitación y enlentece su absorción, lo cual permite niveles basales y constantes de insulina por un periodo de 24 horas con el fin de imitar la secreción normal de insulina por el páncreas. Es transparente y acuosa.

viernes, 23 de enero de 2009

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes?

Excesivas ganas de orinar, sed, visión borrosa y piel muy seca.

¿Qué debe hacer la gente para prevenir esta enfermedad?

Por ejemplo, el paciente prediabético, es decir, que aún no tiene la enfermedad pero que tiene su glicemia o nivel de azúcar entre 110 y 125, comience a cuidarse. Así, a los prediabéticos se les recomienda hacer ejercicio cinco veces por semana, caminar como mínimo 30 minutos diarios y bajar entre un 5 y un 7 por ciento su peso corporal


¿Tiene cura la diabetes? ¿Qué tratamientos existen?

La diabetes no tiene cura, pero es controlable. Es necesario que tanto el paciente como su familia reciban atención de un equipo médico para que así aprendan a tratarla. Además, existen equipos encargados de medir la cantidad de azúcar que hay en el cuerpo dentro de un momento determinado. Así el diabético sabe si el tratamiento que está utilizando es el indicado o no.